Rami Saari
Mi abuelo dejó Polonia en 1937, refugiado de los jinetes del mal.
Mi padre dejó Rumania en 1946, refugiado de la guerra y el frío.
Mi madre dejó Argentina en 1961, fugitiva del gran amor.
Y en el año 1982 me hicieron dejar Pétaj Tikvá
para vivir Finlandia, Grecia y Hungría:
callar en las nieves, estremecerme en los temblores
y arrastrarme con el Danubio hacia los telones del infierno.
Algo antecedió a todo esto, pero
es demasiado tarde para aclarar los sucesos.
A pesar del conocimiento de las causas
y la comprensión de los motivos
seguirá el viaje frenético.
Tal es la sentencia:
ser fugitivo del enfrentamiento
con las consecuencias de la negación,
saber que alguna vez cambiarán los regímenes y los ejércitos,
que la palabra quedará para siempre –
quedará en el anhelo de la belleza,
se diluirá en el recuerdo del camino.
Y no tendré un hijo, un hijo no le nacerá a Caín.
La simiente de Shem* vaga por el mundo sin nombre,
y su cuerpo es su hogar.
* Shem es el nombre hebreo de Sem, padre de los pueblos semitas, y a la vez el Nombre de Dios que no debe pronunciarse.
Traducción: Esther Solay-Levy
Ariel 110 – Revista de artes y letras de Israel, Jerusalem 1999
SPANISH POETRY translated by Saari to Hebrew
SPANISH PROSE translated by Saari to Hebrew
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